archivos

Yoga y menopausia ¿Crisis… o metamorfosis?

 
yoga menopausia.jpg

 

La menopausia, como tantas cosas relativas a los ciclos de la mujer y a nuestras experiencias en torno a “los misterios de la sangre”, ha sido tratada durante siglos como una enfermedad. Hoy en día se sigue tratando con medicamentos de sustitución hormonal. Estos tratamientos han tenido a lo largo de su historia efectos secundarios alucinantes, desde enfermedades del corazón hasta cáncer de pecho. Pero no importa. Si pica, cura. ¿O era al revés?

“Muchos médicos simplemente no reconocen la menopausia como lo que es: una enfermedad seria, dolorosa y, a menudo, devastadora.”

- Dr. Robert A. Wilson, Feminine forever

Esta es solo una de las frases de oro de Femenina para siempre, un best-seller subvencionado y promocionado en los años 60 por la compañía farmacéutica que producía Premarin, uno de los primeros tratamientos de sustitución hormonal.

Con comentarios como este, medicalizaban la menopausia a costa de la salud de las mujeres.

Pero lo que hizo que se dispararan las ventas de Premarin fue la promesa de romper “la maldición”. La promesa de que tomando ese tratamiento, continuarías siendo "femenina para siempre".

¿Qué es ser femenina? ¿Queremos serlo? ¿Ser mujer es ser femenina? ¿Que querían decir? ¿Que con la menopausia dejas de ser mujer? ¿Que dejas de ser atractiva? ¿Que dejas de ser persona?

Quién sabe. Lo que queda claro es que con este tipo de insinuaciones peregrinas, llevan demasiado tiempo condenando a las mujeres a "padecer" la menopausia en lugar de "experimentarla".

Porque seguimos igual. Y si no, abre los ojos. Europa, siglo XXI. Lo mires por donde lo mires, esta etapa de nuestras vidas sigue cargada de negatividad.

Ser mujer ha estado durante milenios definido por nuestra sociedad y nuestra cultura por dos elementos básicos: la maternidad y la belleza. La misma cultura ha decidido que una mujer solo puede tolerarse si es joven y guapa. Y femenina.

Este es el discurso oficial que nos están vendiendo durante siglos. Es humillante. Nos hace daño. Y queramos o no, nos ha calado hasta los huesos.

Con este panorama, la menopausia, igual que la menstruación, no se vive. Se sufre. Y a poder ser en silencio. Solita. Tú y tu abanico.

Entenderla según este discurso hace que todos los síntomas que conlleva este periodo de transformación se agraven. La incomprensión duele. Hacernos mayores en un contexto así da miedo. El dolor da miedo. El miedo provoca ansiedad. Ansiedad provoca insomnio. Insomnio, ergo estrés. Más estrés, más sofocos. Más sofocos, más insomnio. Socorro.

¿Quieres romper este bucle, salir de este circuito destructivo?

La aproximación holística del yoga a cualquier cuestión de salud, hace que sea una herramienta muy poderosa para experimentar el pasaje de la menopausia como una etapa positiva. No porque las yoginis, entre nuestros muchos superpoderes, tengamos una ecuanimidad a prueba de bombas. No.

El yoga te ayuda porque creas espacio para un diálogo íntimo entre lo que te han dicho y lo que es. Entre tus ideas preconcebidas y tu propia verdad. Entre tu mente, moldeada por una sociedad patriarcal, y tu cuerpo, que sabe moldearse a sí mismo. Y que es tuyo.

El yoga reduce los efectos de los cambios hormonales equilibrando el sistema endocrino. No solo hace más fáciles de sobrellevar los síntomas de la menopausia a nivel físico. La práctica de asana, la filosofía del yoga, los arquetipos de India, te llevan a la conexión con tu poder, y con la belleza de esta profunda transformación que estás viviendo.

 

abracadabra

A mediados de los cuarenta o principios de los cincuenta, el organismo de las mujeres se prepara para la transición de la menopausia. Se trata de algo más que el paso de los años de crianza a los años de no crianza. Las mujeres no nos definimos por la capacidad de tener hijos o no. Lo que hacemos con nuestros ovarios no incumbe a nadie. Seamos madres o no, la menopausia es un cambio que todas vivimos. A veces llega provocada por una enfermedad o un desequilibrio hormonal, pero normalmente es una señal de que todo marcha como una seda.

Nos indica que la vida sigue su ciclo.

Las culturas antiguas, pero también las culturas vivas indígenas de corte matriarcal, reconocen el poder de la menopausia. Se considera, igual que la menstruación, una iniciación. El paso a una etapa de sabiduría y serenidad.

Ya sé qué estás pensando.

Como comentaba antes, en un entorno tan hostil como este en el que vivimos, los ideales de “belleza” y de “sabiduría” indican que las mujeres deberían darle al pause a los 23. Es difícil tragarse todo el rollo de que vamos a ser más sabias y más bellas cuantos más años tengamos.

Estamos programadas para que, a partir de los 30, sintamos terror a los cambios de nuestro cuerpo. Terror a convertirnos en una vieja bruja.

Pero el tiempo sigue su curso. Llega un momento en que tienes que elegir.

Pastilla roja o pastilla azul.

Pastilla azul: sigues creyéndote todos esos cuentos y gastando la mitad de tu sueldo en cremas y en tintes. Y en operaciones.

Pastilla roja: creas nuevas narrativas y empiezas a vivir tu vida.

Por que si no es así, está en nuestras manos hacer que lo sea.

La menopausia puede ser un paso hacia la plenitud de tu poder, tu sabiduría y tu creatividad. Tu cableado interno se recoloca. Es un cambio a nivel celular. Es una metamorfosis. Puedes vivirla observándola desde fuera, como una espectadora en el cine, y atragantarte con las palomitas. O puedes ser la directora de la película.

Yoga te da herramientas para ello. Te ayuda a conectar con arquetipos de mujeres fuertes, intuitivas, llenas de vitalidad y salud. Llenas de magia.

¿O de brujería?

Te enseña a utilizar de forma activa toda la energía orgánica que se despliega con este cambio, a confiar en ti misma y a destapar las creencias destructivas y paralizantes que te impiden ser tú.

Te ayuda a reinventarte, pero no buscando validación externa, sino inspirada desde tu corazón y desde tus tripas.

Es tu mesa de experimentos para diseñar tu futuro: la segunda parte de tu vida.

 

utiliza ese fuego: haz yoga

“Lo más valioso que podemos aprender de la práctica de yoga es a cambiar nuestra perspectiva.”

- Judith Lasater

 Sí… y no.

Osea. No solo se trata de eso.

Puedes dedicarte a sufrir tu menopausia. O puedes tratar de comprenderla, observarla y vivirla. Ese cambio de perspectiva del que habla Judith Lasater es el primer paso.

Pero además, las prácticas de yoga para la menopausia, a través de asanas y secuencias específicas, te van a ayudar a:

  • Equilibrar los cambios hormonales.

  • Aliviar los sofocos, sudoraciones nocturnas y otros síntomas.

  • Aportar salud a tu suelo pélvico.

  • Atender problemas comunes como sangrados abundantes e irregulares y fibromas.

  • Aliviar el estrés y sus síntomas relacionados a nivel físico y emocional.

  • Aliviar la ansiedad, los cambios de humor, la depresión y la fatiga.

  • Fortalecer los huesos y reducir la pérdida de masa ósea.

  • Crear salud a nivel cardiovascular.

  • Fortalecer el sistema inmunológico.

  • Aumentar tu sensación de bienestar, a nivel físico, emocional y espiritual.

Y a crear más consciencia, a saber más acerca de ti misma. Tú, tu cuerpo, tus pensamientos, tus emociones, tus deseos. Eres el material del que está hecha tu vida. ¿Quieres vivir a ciegas o con los ojos abiertos?

 

metamorfosearse, cambiar el mundo

“Para cambiarlo todo, empieza por cualquier lado”

- CrimethInc.

 

Porque no se trata solo de ti y de tus sofocos.

Solo nosotras podemos cambiar de una vez por todas este discurso hegemónico que nos convierte en víctimas de nuestros ciclos vitales. Víctimas de nuestra edad.

Lo tenemos que cambiar desde todos los ángulos de nuestra experiencia: nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones.

Es por eso que la práctica de yoga, que envuelve todo esto, es nuestro campo de entrenamiento, nuestro laboratorio: el dojo perfecto.

¿Cómo planeas vivir esta etapa? ¿Qué quieres hacer con el resto tu vida?

Somos muchas. Nosotras cambiamos. El mundo cambia.

 

Te espero en yoga & menopausia.

Aprende a cuidarte. Disfruta de tu cuerpo. Conviértete un poco más en ti misma.

 

 

 
asana, yoga y mujerolga lavanderos